Cómo cuido mis lucas

Cinco consejos para sacarle provecho a tu tarjeta de crédito

Con el confinamiento, las compras por internet se han vuelto un hábito, y por lo mismo, la cuenta a fin de mes podría traer grandes problemas para el bolsillo. Sin embargo, siempre hay claves para adelantarse al caos y llevar a cabo un endeudamiento responsable.

Por: Rafaella Zacconi | Publicado: Jueves 18 de marzo de 2021 a las 19:00 hrs.
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En un mundo cada vez más digitalizado, el uso de tarjetas de crédito se ha disparado. Conocidas por su alcance internacional, aceptación en la mayoría de los comercios en línea y una gran capacidad de financiamiento a las personas, este medio de pago se ha convertido en un gran aliado de los días de pandemia.

Según datos de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) en Chile existen más de 12 millones de tarjetas de crédito vigentes, cuyo nivel de utilización es de 56% mensual. Incluso, existen cerca de 2 millones de tarjetas adicionales, que mantienen un 24,3% de uso. 

Sin embargo, hay que saber manejarla.  Para evitar que la deuda suba o no llevarse sorpresas a final de mes.

“Si la persona no es responsable y ordenada, y no es lo suficientemente consciente de que va a tener que pagar, lógicamente va a entrar en el espiral de tasas y de eso es muy difícil salir”, advierte el docente del diplomado en finanzas de Unegocios, Jorge Berríos.

Lo básico: tener sólo una tarjeta de crédito, ya que, en este caso, dos son multitud.

No la uses siempre

¿Qué diferencia hay entre una tarjeta de crédito y una de débito? Los intereses. Aún cuando muchas veces pasen desapercibidas, en la primera opción siempre estarán ahí, sobre todo cuando hay atrasos en los pagos a fin de mes.

Las tarjetas de crédito deben usarse para compras esporádicas o que requieran ser pagadas de forma inmediata en cuotas, como un producto indispensable para el hogar. Jamás deben usarse para compras pequeñas que pueda abordar una tarjeta de débito, efectivo o transferencia desde cuenta corriente.

Su función es precisamente facilitar pagos y dinero sin necesidad de tener en ese momento fondos en la cuenta bancaria, permitiendo al usuario elegir entre pagar todo a fin de mes sin intereses o bien devolver el monto en varios plazos con intereses extra.

“La tarjeta es un mecanismo de financiamiento para comprar determinadas cosas a plazo, pero en la perspectiva que una persona sea ordenada. (...) Si necesita para consumo diario es mejor la tarjeta de débito. Usar las tarjetas de crédito a diario es como vivir endeudado”, sostiene Berrios.

Cuidado con las cuotas

“¿Cuantas cuotas?” es una de las frases más populares del mercado al comprar un producto con tarjeta de crédito y que puede desencadenar graves problemas en el bolsillo de no ser abarcada responsablemente.

Según Berrios, las cuotas a precio contado no serán un problema siempre y cuando el titular no abuse de ellas. Por ejemplo, comprar un televisor en 3 ó 4 cuotas es una buena opción. Sin embargo, comprarlo junto a una lavadora en 3 cuotas y un refrigerador en 5 es un error, pues lo ideal es terminar de pagar el primer producto para luego ir por el otro, evitando  endeudarse en varias cosas a la vez.

“Obviamente si es un caso de emergencia hay que comprarlo, pero si vas a comprar un refrigerador o algún bien para el hogar es mejor ocupar la tarjeta de casa comercial que tienen tasas más bajas y están hechas para pagar en cuotas”, explica el docente.

En tanto, los avances en efectivo sólo deben hacerse en caso de emergencia, pues sus tasas de interés son mucho más altas que el resto de las opciones. Incluso, a diferencia de cuando pagas con cuotas, los intereses se agregan automáticamente a la cuenta, pasando por alto el periodo sin intereses extra.

Ojo con las promociones

A menudo vemos que los bancos y el comercio ofrecen varias ofertas relacionadas a nuevos productos, viajes y acumulación de puntos. Si bien todas estas pueden ser utilizadas, Berrios resalta que toda promoción lleva aparejado un pago. Por lo que hay que informarse bien por el costo total de una oferta, si existen o no condicionantes para su cumpliento, etc.. Por ejemplo algunos emisores exigen un consumo mínimo por cada punto, mientras que otros los abonan por cada operación financiera, etc.

No todas las tarjetas son iguales. Ni las de un mismo banco, ni marca.

Por lo mismo, Berríos recomienda que estas promociones pueden ser buenas en la medida que se lleve un orden de las cuentas y se vayan pagando con frecuencia. Los retrasos tienen multas e intereses que encarcen el uso de la tarjeta.

Tu peor enemigo es el largo plazo

Sin duda, el orden y la responsabilidad financiera es uno de los puntos más importantes para evitar problemas con tu tarjeta, pues debido a su facilidad de uso y rapidez, suele pasar que el dueño de la tarjeta regularmente no dimensiona los gastos que ha realizado en un corto periodo de tiempo.

“Como no ves ni sientes que eso lo pagaste, como ves que no salió de tu bolsillo, de tu cuenta corriente, lógicamente tu perspectiva de cuánto tienes que pagar más adelante no está en tu mente, y eso es lo más problemático”, afirma Berrios.

Lo primero es entender que la tarjeta no debe usarse diariamente y lo segundo, es que si realizas una compra lo mejor es saldar la deuda en el mismo mes, pues si el pago de las cuotas se atrasan, recibirás intereses extras y podrías caer en un pozo sin fondo de deudas.

¿Cómo saber si estás sobreendeudado?

Lo primero es realizar un análisis de caja y flujo diario, es decir, analizar tu sueldo, cuánto recibes y cuánto destinas al pago de cuotas, si este último monto supera el 25% estás endeudado. 

En otras palabras, si a fin de mes se hace imposible pagar las cuentas básicas de luz y agua, y es necesario posponer el pago mensual de las cuotas o recurrir a créditos bancarios para costear los gastos, lo más probable es que hablemos de un “abismo de deuda”.

Sin embargo, para salir de ahí, detalla el profesor, el primer paso es darse cuenta que algo anda mal y tener la voluntad de cambiar la rutina diaria. Asimismo, es necesario potenciar el ahorro en el hogar cuando se busque comprar un producto o servicio de alto valor, sean nuevas tecnologías, automóviles o vacaciones de fin de año.

“Si una persona ocupa la tarjeta de una forma indiscriminada y no dimensiona que tiene cupos muy altos y gasta más allá de las capacidades de pago, la tarjeta de crédito siempre será una mala alternativa”, agrega.

 

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